Rousseff: En esta historia yo soy la Cenicienta

El remanso de paz del Palacio de Alvorada no expresa el turbulento momento político de Brasil. Tampoco la actitud calma y sonriente de Dilma Rousseff, presidenta apartada del cargo desde mayo. No parece estar viviendo un proceso de impeachment que inicia su fase final.

Mañana la comisión del Senado votará probablemente a favor del documento redactado esta semana. El plenario juzgará a partir de este texto a finales de agosto si Rousseff cometió un crimen con sus maniobras fiscales y si, por tanto, interrumpe definitivamente y hasta 2018 su mandato, ocupado por Michel Temer de manera interina. Para que eso suceda, dos tercios del Senado deben votar por su cese.

Rousseff habló de este momento político con La Tercera y ratificó su malestar con su exvicepresidente, que inaugurará la gran fiesta del deporte organizada por la presidenta, exanfitriona.

¿Cómo afronta las próximas semanas, ahora que ya han presentado las alegaciones finales y que este mes el Senado decidirá si la destituye o no?
Soy optimista por definición. Creo que mucha gente se ha dado cuenta de que ha sido engañada con el impeachment y esa sensación de la sociedad se traslada también al Senado. Estamos en una fase intensa, ahora empieza el proceso final. He hablado con algunos senadores y también participo activamente en la defensa. No redacto, pero sí leo todas las piezas. En el proceso de juicio compareceré de nuevo, ya veremos en qué circunstancias.

El ambiente que se respira no va en la línea de que usted logrará revertir la situación.
Los grandes medios intentan dejar claro que el impeachment ya ha tenido lugar, pero no es así, aún soy la Presidenta. Como los grupos y personas que defienden el golpe están mejor representados por los medios, tienen más condiciones de exteriorizar ese sentimiento.

Muchos de los que votaron a favor del impeachment lo que querían era que se frenaran las investigaciones contra el caso Lava-Jato. Y el gobierno interino está tomando medidas contra derechos sociales, como la jubilación o el despido. Mucha gente se siente engañada. El impeachment ya no consigue movilizar como antes, como se vio con el escaso tamaño de las marchas del pasado viernes.

¿Por qué no aceptó asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos?
Imagina que vas a dar una fiesta, trabajas durante varios años para la fiesta, montas las condiciones, colocas la iluminación, llamas a la prensa. Y el día de la fiesta alguien llega, toma tu lugar y se apropia de la fiesta y te dice: “Puedes ir, pero no puedes entrar al salón principal”. No creo que sea apropiado que la Presidenta apartada asista a una ceremonia cuyo maestro de ceremonias es un Presidente ilegítimo. En esta historia de los Juegos, yo soy la Cenicienta, la invitan a la fiesta, pero se tiene que ir antes, vive en las cenizas.

¿Cómo calificaría la actitud de Temer al participar del proceso de impeachment y ocupar la Presidencia interina tras su suspensión?
Sobre todo lo considero un usurpador, más incluso que un traidor. Conspiró para el golpe. Se alineó con el ex presidente de la Cámara (Eduardo Cunha) en un proceso de impeachment que fue conducido de forma poco ética conmigo y con la población.

Y si es todo tan injusto e incluso ilegal ¿Por qué el Congreso mayoritariamente apoyó a Cunha y Temer con el impeachment y no a usted?
No estamos en un régimen parlamentarista donde el Legislativo puede cesar al Presidente por una falta de confianza o mala gobernanza. Si no hay crimen, y no lo hay, no se puede abrir el proceso de impeachment. Cunha convenció al Congreso seguramente porque tenía más recursos que el Ejecutivo para ello. Pagó sus campañas y cometió otras irregularidades denunciadas por el fiscal general.

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